Divagaciones de una Poulain
by Nea Poulain

miércoles, 12 de octubre de 2016

Siempre tendremos Manali (día 1)

Para D.A.M.B, por todas las aventuras que hemos vivido
y todas las que aun nos falta vivir.
Ellos, principalmente, son la razón por la cual esta
entrada es bilingüe.

(We'll always have Manali, day 1)
For D.A.M.B, for all the adventures we've lived,
and all the adventures we still need to live.
They are the main reason to this post to be 
in two languages.

Somos #SquadGoals // We are #SquadGoals
Manali es un pueblo ubicado en Himachal Pradesh, al norte de la India, en un valle en el medio de los Himalayas. No, no cerca del Everest, ese está en Nepal. Pero Himalayas igual. Es un lugar donde gracias a dios hace frío, los paisajes son hermosos y hay marihuana por doquier. Sí, esa es la mejor descripción que se me ocurrió, perdón, es que no tengo palabras todavía para hablar de cómo es exactamente Manali. Hace falta estar ahí, en el techo de una casa, alumbrado sólo por la luna y las estrellas, mirando al cielo, para entender realmente lo hermoso que es Manali.

Manali is a village in Himachal Pradech, North India, in a valley in the middle of the Himalayas. No, it is not near the Everest, that is in Nepal. But hey, still Himalayas. Manali is a place where there's cold weather ― thanks god ― the sights are beautiful and there's weed everywhere. Yes, that's the best description I have right now, sorry; I still don't have the words to describe how Manali really is. You only get how beautiful Manali is when you are there, in the roof of some house, just with the light of the moon and the stars, looking at the sky.

Manali está más a o menos a ocho horas de Kharar en camión... o más, si de regreso te toca en el peor camión del mundo que se desvía y se para trescientas veces aunque nadie se baje y nadie se suba. Pero esa es otra historia para otra ocasión, total, todo es parte de la aventura, cosas buenas y malas incluidas. Llegamos a Manali el sábado en la mañana, nos instalamos y nos dispusimos a salir a caminar después de un chai y «descansar» un rato. Como no era exactamente lo que se dice temprano y estabamos muertos, caminamos todo el camino hasta Old Manali.

Manali is, more or less, eight hours away from Kharar by bus... or more, if in the way back you get the worst bus that has ever existed and it takes another route and stops three hundred times even though nobody goes up or down, But that story is for another occasion; all is part of the adventure, bad things and good things. We arrived to Manali on Saturday Morning, we left our stuff and we got ready to go out wlaking after drinking a chai and *resting* for a little while. As it wasn't early-early and we were almost dead, we just walked all the way to Old Manali.

La vista y el lugar eran preciosos. Las pruebas, abajo. 

The view and the place were beautiful. Prooves, just below.

Himalayas

Cosita bonita // Cutie 
Vaquita // Little cow

Squad walking



Caminamos mientras Brandon ―el otro mexicano en el squad― les enseñaba español a dos chicos que eran sorprendetemente rápidos en él. Uno intento enseñarnos a contar del uno al cinco en árabe, pero fracasamos porque las palabras eran muy largas; en hindi es más fácil y además se parece un poquito al español (egg, do, ti, uno, dos tres). Llegamos a Old Manali, nos sentamos a recargar energías con comida chatarra y una bebida de mango que también puede ser llamada diabetes instantánea y es deliciosa y tomamos algunas fotos. Manali es colorido y pintoresco, en cierta manera me recuerda a los pueblos de México. Al final mi mamá tiene razón: todos los pueblos se parecen a su manera.

We walked while Brandon ― the other mexican in the squad ― taught English to two guys who were incredibly fast at it. One of them tried to taught us to count from one to five in Arab, but we failed because the words were so long; it is easier in hindi and it sounds like spanish (egg, do, ti, uno, dos, tres). We arrived to Old Manali, we sat down to recharge energies with junk food and a mango drink that can be called instant diabetes and it's delicious; we alsa took some pictures. Manali it's colorful and it reminds me to Mexican villages. My mom was right all the way along: all the little towns look alike in its own way.

International squad

River!
Squad caminando // Squad walking


Tanta marihuana... // So much weed

Después, cuando ya estábamos medio muertos de sueño y de hambre, decidimos que, como buenos extranjeros viviendo en la India por dos meses, íbamos a ir a buscar dónde comer. Comida Occidental. Lo sentimos, India, tu comida es rica, pero diario aburre y no es que encontremos comida italiana todos los días. Comimos en un lugar llamado Cafe 1947 ―un lugar que probablemente deben probar si van a Manali, pero sin pedir vino tinto, que lo ponen en el refri―, estuvimos ahí un rato antes de regresar a casa para relajarnos, revisar nuestras fotos, dormir, descansar...

Then, when we were almost dead of hunger and lack of sleep, we decided that we were going to look for occidental food. India, you're great. Your food is great. Seriously. Just not everyday, it just gets boring and we don't get to eat italian everyday. We ate at a place called Cafe 1947 ― a place you can try if you go to Manali, but please, don't ask for red wine unless you want your red wine directly from the fridge ― we just chilled there for a while before going back home to relax, check our pictures, sleep, rest...



¿Fotos del regreso? Claro que hay, tomamos fotos de todo. 

Pictures of the way back? Of course we have them, we take photos of everything.

Sol en Manali // Sun in Manali 



Mantras en el puente //  Mantras on the bridge
Ya en casa dormimos, descansamos y cenamos. Además, como era el cumpleaños de Maxime a.k.a chico francés compramos unos pastelitos y cantamos el Happy Birthday en al menos tres idiomas diferentes porque somos unos cabrones multiculturales. Vimos un capítulo de Stranger Things supuestamente antes de dormir y cuando menos lo esperábamos, estábamos viendo las estrellas en el techo. Las estrellas de Manali son las estrellas más luminosas y más hermosas que he visto. Nunca he visto tantas estrellas en otra parte. Nunca he visto un cielo que, como ese, me deje sin palabras. Aunque, para ser justos, también es la primera vez que me acuesto en la azotea de una casa a ver las estrellas. 

Para dejarlo claro: valió la pena.

At home, we slept, rested and had dinner. Also, it was Maxime's birthday a.k.a french guy (if you're reading this, and I bet you're gonna be reading this sometime, joyeux anniversaire !) so we bought pastries and we sang the Happy Birthday in at least three different languages because we are multicultural motherfuckers. We watched one episode of Stranger Things before going to sleep ― supposedly ― and then, we ended watcheng the stard in the roof. Manali Stars are the brightest and the most beautiful stars I've ever seen. I've never ever seen so many stars before in any other place. I've never ever seen a sky like that one, I didn't ― don't ― have the word to describe it. But, still, it's the first time ever I lay down on the roof of a house while freezing just to look at the stars.

For the record: totally worth it.

Half dead, half amazed by the stars
Así que todavía no estoy segura si creo en el destino, pero si creo que acabamos en la India por alguna razón. Que estamos en la misma universidad por una razón y que, de todo lo que hemos pasado, no me arrepiento de haberlos conocido y de tener un squad tan genial. Igual ya me estoy poniendo sentimental, pero estoy segura de que la serie de casualidades que nos trajo a la India pasó por algo y que nos conocimos por algo. Aunque sólo nos hayamos conocido para acabar en los Himalayas viendo esas estrellas, sé que valió la pena. 

So, I'm still not sure if I believe in destiny, but I do believe we ended up in India for some reason; that we are in the same university for some reason and I don't regret having met them ― you, in case you're reading ― and certainly I don't regret having this awesome squad. Now I'm getting really emotional and all, but I'm sure that all the coincidences that brought us to India happened for something, mayve it happened because we needed to be there, in that roof, watching at the stars in the Himalayas. It's all worth it. Just for that sky and that company, it's all worth it.

Orgullosa de haberlos conocido, D.A.M.B.

Proud to have met you, D.A.M.B.

(Rompí el inglés y el español tantas veces que ya no quiero ni releer)

(I broke English and Spanish so many times I don't want to re read this)

viernes, 7 de octubre de 2016

Siete años de divagar en internet

Estoy escuchando música de Lila Downs. Es cinco de octubre. Se me está acercando la fecha. Tengo que escribir algo. Tengo que poner mis manos sobre el teclado y escribir algo. Tengo que hacerlo. Y en vez de eso, estoy escupiendo todo esto sobre el pedazo blanco. ¿Qué escribo, por Quetzalcoatl? ¿Qué escribo? Son siete años, carajo. 

Cuando salió la última película de HP, tomarse foto con el libro era ley
Hace siete años yo tenía trece años y muchas ganas de tener una página de internet que, según yo, iba a tener un chingo de visitas instantáneamente. Mi contenido era pésimo y yo no lo promocionaba en las redes sociales y además no me conocía nadie, así que a nadie le interesaba mi blog. Pero yo seguía escribiendo porque tenía esperanzas, aunque me daba pena que la gente que de verdad me conocía supiera que yo escribía en internet. Mi familia o mis amigos. Ahora hasta les hago tarjetitas de «tengo un blog en internet, léelo». Bueno, pongamos que hace siete yo tenía trece años. Así estaba:

Medio emo, sí
Yo, trece años, quería ser escritora, pero estudiar algo con matemáticas, estaba en secundaria y escribía fanfiction de Harry Potter en clase. Todavía me pregunto qué pensaba mi profa de matemáticas cuando me los quitaba. También tenía nulos conocimientos de informática y apenas si había aprendido a poner acentos. De poner comas ni hablemos. Ahora mando a la gente a aprender a ponerlas, pero en ese entonces no era que me las comiera, es que las ponía en todos los pinches lados. Ha pasado el tiempo. Un poco. Tengo veinte años, vivo en la India, estudió Ingeniería en sistemas. Voy a cumplir veintiuno, digo groserías a veces (más de las que mi mamá quisiera y menos de las que dicen mis malhablados amigos), escribo mucho, leo mucho. Sé más cosas. Estoy menos pendeja, como quien diría. Renombre en internet todavía no tengo. Me conocen cuatro gatos de los que me comentan dos y uno me avisa por whatsapp que me leyó. Mi familia me apoya tanto que le da like a mis entradas en Facebook y leen una de diez, si la leen. 

Pero aquí sigo. Porque mientras cuatro gatos me lean, no planeo irme. Aunque me tome vacaciones de dos meses y luego me de topes en la cabeza para, bueno, volver a conseguir el mismo nivel de visitas. Debo ser la única loca que, aunque cuenta las visitas, no se preocupa por el SEO, el marketing ni nada de eso. Quizá así me leerían diez gatos en vez de cuatro. Pero bueno. 

Ahora estoy así:

La última foto que me tomé yo sola en el DF

Veinte años. Siete escribiendo en internet. ¿Saben qué? El tiempo pasa volando. Y de ese tiempo, hay unas cuantas cosas que quiero recordar. Como, por ejemplo, mis siete entradas favoritas. No les pongo las más vistas porque, sinceramente, la gente que busca mi blog tiene mal gusto. O sea, es una de fanfics que ya ni siquiera me gustan. ¿Qué están pensando, gente?
No se pierdan esas entradas porque fueron las que más me gustó escribir. Objetivamente no sé si son las mejores, pero son algunas de las que disfruté más. Este blog me ha abierto muchas puertas a otros blogs, a conocer a algunos de mis autores favoritos, a compartir mis hobbies. Divagaciones de una Poulain no es sólo un blog sobre libros. Es un blog sobre mi viaje a la India, sobre mi vida, sobre lo que pienso, sobre las series que veo. Es un blog sobre mí. Es un blog que tiene tutoriales y a la vez entradas sobre feminismo. Es parte de mi vida.

Y hoy, esta pequeña, pequeñísima parte de mí cumple siete años de existir y de estar ahí. ¡Por que cumpla muchos más y por que yo siga escribiendo!

miércoles, 5 de octubre de 2016

Indiaventuras de una Poulain (bis)

Sí me quedaron pendientes fotos, pues no podia dejar de contarles de más cosas de la India. La India tiene lo bueno, lo malo, lo mejor, lo pésimo. Tiene el poder de ponerme feliz y bajarme a la tierra en segundos y acabar riéndome de mi desgracia y de mi situación. No sé. Dicen que la India es una Madre, que por eso tú no la escoges, sino que te escoge ella a ti. Sabrá el Dios en el que no creo porqué acabe en la India, porque ni yo lo sé.  Les juro que yo quería acabar en Islandia o en Polonia y de ahí reboté para acá. Sin embargo, a pesar de que nunca pensé en acabar en a India cuando veo fotos como la que les voy a poner abajo me acuerdo por qué estoy en la india. 

La foto en cuestión es de la Amer Fort y me la tomaron después de verme mirando total y completamente embobada esos jardines y esos arcos. De hecho, si notan, mi cara tiene esa expresión de «todavía no puedo creer que estoy aquí». Para entonces llevaba ya un mes en la India, así que pueden estar seguros de que todavía no se me ha quitado esa cara. La pongo seguido. 


La India me ha hecho darme cuenta de que toda la gente que conoces la conoces por casualidad. Al final les puede acabar gustando lo mismo o no, pero aquí lo que nos unió fue la India. Compartimos algunos gustos, no nos entendemos la mitad del tiempo. Dicen que el truco es hacer y dejar hacer. Total, ya preguntaras por sus cosas raras y ellos preguntarán por las tuyas. Igual te preguntan cómo haces plátanos fritos o igual se horrorizan al ver como pones plátanos con arroz y te los comes como si nada. (¡ES NORMAL EN MÉXICO, CARAJO!). Al final, lo que nos acaba uniendo es el perpetuo asombro por la India y la necesidad de tener a alguien que entienda por lo que estás pasado. 

Así que ahí estamos, contra el barandal, viendo Jaipur hacia abajo, quizá preguntándonos como podemos estar en ese mismo momento en un lugar tan hermoso. O yo que sé que estaban pensando los demás. Pero lo cierto es que es imponente. 


Por alguna razón que no acabo de comprender, a los indios les encantan los pavo reales. Tengo una bufanda verde (oh, que sorpresa, nadie veía venir ese color) que tiene, en cada orilla, un majestuoso pavo real. La mitad de las cosas están decoradas así. A mi me fascina porque los pavo reales, aunque son animales cuya actitud me pone de nervios, me encanta como se ve la decoración basada en ellos. O sea. Por favor. Miren la foto. 



Esta foto además tiene una historia chistosa. Logramos que un hombre nos la tomara, aunque hubo que enseñarle a usar la cámara. Y ya que nos la tomó, sin decir nada ni pedirnos nada (probablemente porque no hablaba inglés), nos hizo señas para que no nos moviéramos, sacó su celular, se lo dió a alguien y fue a posar con nosotros. Y luego otros dos hicieron lo mismo. Nos sentíamos pinches super estrellas. A veces piden selfies. A mí sólo me las han pedido dos veces, las dos veces en el hostal donde me estaba quedando. 

Bueno, bueno, ya me estoy quejando sin fotos de Jaipur, una de las ciudades que no deben dejar de visitar si andan en el norte de la India. Bueno, no está tan al norte como Chandigarh, pero deben ir. Es preciosa, tiene palacios por todas partes y lugares a donde ir. Les dejo un par de fotos más porque son fantásticas (y yo estoy alimentando mi ego).

Notese la bolsa y la backpack en la espalda.

Ahora vamos a hablar de Chandigarh, de verdad, de la buena, lo juro. Hubiera empezado en orden cronológico, pero contarles y decirles mil veces que Jaipur es hermoso pudo conmigo. Total, este no es un blog de viajes y yo no tengo ningún instructivo para escribir ninguno. Así que antes de que divage más les contaré cosas de Chandigarh: es de las ciudades más ordenadas de la India. No, esperen, creo que es la más ordenada. Al menos tiene semáforos y, aunque cruzar la calle sigue siendo un deporte extremo, es menos deporte extremo que en otros lugares. Está limpia para los estándares del país y no la he explorado mucho, la verdad. 

Si vienen (y lo digo como si la India estuviera a la vuelta de la esquina) en la misma época del año que yo, pueden saltarse el Rose Garden porque igual se encuentran esto nada más:

Miren cuantas rosas
En serio, qué cantidad de rosas
Por otro lado, cuando la India te frustra demasiado y quieres volver al mundo occidental del consumismo, hay malls donde puedes sentir que estás, que se yo, de vuelta en occidente. Exceptuando el hecho de que te catean en la entrada y que si eres mujer te catean detrás de una cortinita. Nada como cuando vas a los conciertos y la única diferencia entre mujeres y hombres era que te cateaba alguien de tu mismo sexo. Y resulta que por alguna razón la comida mexicana es algo que tiene fama por aquí y hay un Chilis. Claro que si en México quieres comida mexicana no vas a pun puto Chilis, pero aquí si quieres algo que dizque parezca pues vas ahí a dilapidar tu dinero. Por ejemplo.

Nuestras caras de éxtasis son reales
Bueno, volvamos al tema. El punto de la India no es acabar en los malls, excepto cuando quieres comer proteína de verdad. Si no eres vegano o vegetariano antes de venir, la India te jode la dieta, tu cuerpo no está acostumbrado a vivir así y adelgazas. Bueno. Volvamos al punto. Volvimos a Chandigarh para conocer el Rock Garden y es, definitivamente, uno de los parques más bonitos que he visto en toda mi vida. Igual y no le gana a la Ciudad Universitaria con su serpiente y su zona escultórica, pero es precioso. Miren: 




De hecho, si se fijan en la gente en las fotos, como uno de mis roomies hizo notar, se dan cuenta de que la India es uno de los lugares más coloridos del mundo. Es increíble cuando de hecho te encuentras entre toda esa manera de color y ves como la gente sigue visitando los parques de su ciudad, tomándose selfies, yendo en familia, en pareja o con amigos. Es precioso y si el paisaje es igual de bonito, pues el buen día está asegurado. Ay, India, préstame tantitos de tus colores, ¿no?

En una de las partes del Rock Garden había columpios y, bueno, acabamos como niños de cinco años. La India va a resultar buena hasta para reconectar con tu niño interior. Aquí la prueba:


Ya no tengo mucho más que contarles sobre el lugar, creo que dije que es precioso las suficientes veces, pero creo que todavía no he mencionado lo maravilloso y divertido que es mi squad. Pero por si acaso, vamos a recalcarlo de nuevo:

Brandon, what the fuck are you doing?
Un poco Backstreet Boys sí somos
Happy People
Bueno, en fin, no sé, todavía me falta contarles un chingo de cosas sobre la India, sobre todo sobre ser mujer en la India, los mitos, las realidades, las frustraciones, el mal chiste que es mi universidad. Pero quería que las dos primeras entradas sobre mi vida en la India fueran de cosas felices y tuvieran cosas padres. Además de que quería que conocieron a mi squad que es maravilloso. Así que ya saben, si vienen a la India alguna vez, déjense llevar. No hay otra manera de sobrevivir a la India. Tengan paciencia, sonrían, no intenten entender nada. No hay modo de entender este lugar, pero hay muchas maneras de disfrutarlo y asombrarse de sus magníficos paisajes, palacios, templos, fortalezas. Todo. 

Sonrían. Aprendan cultura. Pregunten si quieren. Abran su mente. No todo funciona como funcionen las cosas en el país de donde vienen. La India es única. A la India no la entiendes, a la India sólo la puedes disfrutar.

Estoy en, casi, el punto más alto de Jaipur